Tiempo de mediación

Noviembre 2018

El pasado 6 de noviembre clausuramos los talleres actualízate con la intervención de Eva Fuentes Javato, abogada y mediadora familiar. Nuestra ponente, que actualmente implementa la mediación escolar en diversos centros de Escuelas Católicas de Sevilla, nos abrió el apetito para afrontar los conflictos de otro modo.

Partiendo de varios ejercicios prácticos in situ, nos sorprendió con la siguiente afirmación:

El objetivo de la mediación escolar no debiera ser tanto la resolución del conflicto en cuestión, cuanto las inmensas posibilidades que nos abre su correcto acompañamiento.

Efectivamente, detrás de un conflicto se esconden miedos, problemas familiares, asimilaciones culturales y multitud de elementos que nos invitan a tender la mano a nuestros alumnos.

Con frecuencia, exponía nuestra mediadora, los educadores tendemos a intervenir de una forma demasiado directiva. Un rol que impide que sean los propios alumnos los que resuelvan sus diferencias. Nuestro papel consiste en provocar un diálogo adulto, aclarar, atemperar y conducir una conversación que les tiene que hacer crecer. No podemos desaprovechar estas situaciones.

Con Eva Fuentes pudimos ensayar las 6 fases que hemos de tener en cuenta a la hora de mediar:

  • Primera fase, Premediación. Es el momento de decidir si un problema es apto para llevar a mediación. No todo es mediable. En caso afirmativo se lo propondremos por separado a los alumnos, mostrándoles las ventajas que tiene el proceso y pidiendo su consentimiento.
  • Segunda fase, Presentación y reglas de juego. Es el momento del llamado “monólogo del mediador” en el que éste explica en qué consiste el proceso, sus beneficios y las reglas que habrá que cumplir: el respeto o el cumplimiento de los turnos de palabra. Se les pide su asentimiento para continuar. El mediador aclarará que él no juzga, no propone soluciones y guardará secreto. Su misión es la de acompañar y guiar.
  • Tercera fase, Cuéntame. Ahora, cada una de las partes cuenta su versión de lo ocurrido y cómo se han sentido. Es el momento de la escucha activa y profunda sobre el asunto.
  • Cuarta fase, Aclarar el problema. Posiblemente necesitamos profundizar y detenernos en algún aspecto. Saber qué intereses mostraba cada parte, sus sentimientos más profundos, los valores de fondo. Es un buen momento para aclarar cómo determinados errores posiblemente se hicieron con buena intención, pero, probablemente, de una manera equivocada o no comprendida.
  • Quinta fase, Proponer soluciones. El mediador, como aclaramos más arriba, no propone soluciones, sino que le pide a las partes que las propongan. Es el momento de imaginar posibles escenarios futuros y de valorar los pros y contras de cada uno de ellos.
  • Sexta fase, Llegar a un acuerdo. Por último, se cierra el proceso. El mediador colabora para que el acuerdo quede bien definido, al mismo tiempo que felicita a las partes por haberlo alcanzado. Se redacta, se lee y se firma. También se propone un futuro encuentro para revisarlo.

Con varios juegos de rol, Eva Fuentes nos ayudó a utilizar el lenguaje y los tonos adecuados para acompañar las entrevistas de mediación. Por último, la autora nos animó a introducir la mediación en nuestros centros como una educación trasversal que complementa todo la labor educativa.

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