Escuelas Católicas de Andalucía (ECA) quiere mostrar su enorme satisfacción después de ser informados del acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, mediante el cual han aprobado que las escuelas-hogar reciban un 70% del total de las ayudas sin justificación previa, una demanda histórica de nuestra la organización sin la que se ponía en riesgo la supervivencia de estas instituciones.

ECA ha luchado por esta reivindicación desde que tuvo conocimiento de la Orden 2 de abril de 2020, por la que se aprobaban las bases reguladoras para la concesión de subvenciones en régimen de concurrencia competitiva a las escuelas-hogar, que modificaba la periodicidad en los pagos, y haciendo que el 50% del total de la subvención se recibiera tras la justificación de la misma. “Podemos afirmar que nuestras alegaciones a dicha orden han resultado fundamentales para que la Junta de Andalucía atendiera finalmente esta modificación”, señala Rafael García Porras, secretario general de Escuelas Católicas de Andalucía. De esta forma, se exceptuará de lo establecido en el artículo 124.4 del Texto Refundido de la Ley General de la Hacienda Pública de la Junta de Andalucía, que establece que no podrá́ proponerse el pago de las subvenciones mientras no se compruebe formalmente la justificación, el pago de las ayudas a nuestro sector. “Como hemos demandado en numerosas ocasiones, y como finalmente reconoce la Administración, el perfil del alumnado atendido en las Escuelas Hogar permite esta excepción. Del mismo modo, conforme a las sucesivas leyes de presupuestos de la comunidad, las subvenciones concedidas a entidades sin ánimo de lucro; las que financien programas destinados a la inclusión social; las dirigidas a colectivos con graves problemas sociales; o a emigrantes temporeros, permitirán al Consejo de Gobierno modificar la regla general antes aludida, como finalmente ha ocurrido”, indica García Porras.

El alumnado atendido por las escuelas-hogar, 23 en toda Andalucía con un total de 1.643 plazas subvencionadas, se enfrenta a situaciones familiares de especial gravedad: existencia de un miembro que ejerce la tutela en un centro penitenciario, pertenencia a familias cuyos tutores legales pasan largas temporadas fuera de su lugar de residencia por motivos laborales o profesionales,  familias que obtienen trabajos como temporeros en tareas agrícolas y que deben desplazarse temporalmente por razón de su trabajo, o familias en situación de extrema dificultad social o riesgo de exclusión social que afecta gravemente a su escolarización; ser hijos de mujeres atendidas en centros de acogida por ser víctimas de violencia de género; encontrarse en situación de acogimiento familiar; ser alumnado trasladado temporalmente por deficiencias respiratorias a localidades costeras o la necesidad de brindar la atención necesaria a los menores en edad de escolarización obligatoria, conforme a la normativa sobre la residencia sin habilitación administrativa.

Así, la existencia de escuelas-hogar es fundamental para atender de manera integral a los alumnos de enseñanzas obligatorias cuyas situaciones personales o familiares son desfavorables, especialmente considerando el amplio ámbito territorial que abarcan, y contribuyen de manera significativa a ampliar el ámbito personal y territorial del servicio público proporcionado por las residencias escolares, lo que promueve la escolarización de dicho alumnado y la implementación de medidas de compensación educativa e integración en los casos necesarios.

“Ha sido una lucha incansable y silenciosa, pero justa para asegurar la pervivencia de muchas de las escuelas-hogar, reconociéndoles la labor que realizan en pos de los más desfavorecidos, y al fin obtenemos el fruto”, comenta el secretario general de ECA. “Agradecemos la voluntad y disposición de la Junta de Andalucía, pero, en todo caso, seguiremos luchando por lo que creemos justo, que es la necesidad de revisar los módulos e incrementar en 500.000 euros el presupuesto para las escuelas-hogar, que actualmente es muy escaso. Se ha mantenido prácticamente inmutable, en torno a los 6.670.000 euros, en la serie histórica de los últimos diez años, con un incremento este año que no llega siquiera al de la inflación subyacente, por lo que en realidad es un decremento”, señaló.

“Las escuelas-hogar son las grandes desconocidas y olvidadas de nuestro sistema educativo, son centros que atienden, durante todo el curso y en régimen residencial, a población escolar vulnerable, a veces, por situaciones familiares o laborales muy precarias, otras por auténtica desestructuración familiar… Esta población escolar encuentra durante el curso colmadas sus necesidades residenciales (comida y alojamiento), de apoyo educativo e, incluso, del apoyo afectivo y emocional que su realidad requiera”, explica Rafael García Porras.

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